¿Hasta qué punto deberías incitar a tu hijos para que practiquen algún deporte?
¿Son los padres los que deberían incitar a sus hijos a practicar algún deporte o, por lo contrario, son los niños los que deberían decidir? SportMember está buscando la respuesta entre los psicólogos y las principales personalidades del mundo del deporte.
2 de octubre de 2017
El comienzo de una nueva temporada deportiva también significa el comienzo de nuevos jugadores participando en un deporte por primera vez. Normalmente, la elección del deporte depende de las posibilidades en el área local, pero en muchos casos, son realmente los padres de los niños quienes influyen en la decisión. Normalmente los deportes favoritos de los padres son aquellos elegidos para sus hijos.
Lo que, por otro lado, es objeto de un gran debate, es en qué medida los niños deben ser incitados a practicar un determinado deporte y con qué frecuencia deberían practicarlo cuando ha sido elegido por ellos mismos. SportMember reúne los diversos puntos de vista del tema y evalúa el problema.
Comenzaremos con el jugador retirado del equipo de fútbol nacional Martin Jørgensen, quien tuvo una carrera muy prometedora gracias a su talento. Su carrera internacional, 13 temporadas en la serie italiana A, no fue causada por una fuerte presión desde casa, sino por una increíble pasión por el deporte. Esta idea todavía se mantiene en pie hasta el día de hoy.
"Se trata de entrenar, entrenar y entrenar. No hay atajos. Es una intensa disciplina, a veces hasta aburrida, teniendo que madrugar en los oscuros, fríos y mojados inviernos y también, porque no decirlo, el entrenador puede llegar a ser un idiota. Por lo tanto, es vital amar lo que se hace, la pasión es la llave del éxito. Si no tienes pasión, no llegarás a la cima. Éste es un argumento en contra de los padres que presionan a sus hijos a practicar un deporte. Si los niños no sienten pasión por el deporte, será solo cuestión de tiempo antes de que lo abandonen. El deporte profesional requiere de mucha disciplina", dice Martin Jørgensen al periódico Lokalavisen Aarhus de Dinamarca.
Aunque el jugador mencionado anteriormente nunca tuvo problemas para entrenar diariamente durante su infancia, podemos encontrar un mar de ejemplos de iconos del mundo deportivo que han necesitado del impulso constante de sus padres para llegar a la cima.
El jugador de golf más destacado de todos los tiempos, Tiger Woods, fue arrastrado al terreno de juego a la edad de tan solo 2 años. Su padre ha escrito libros basados en las técnicas con las que solía entrenar a su hijo. Del mismo modo, la gran carrera de Andre Agassis como tenista, fue posiblemente gracias a la máquina lanzapelotas de su padre.
En Dinamarca, también podemos encontrar ejemplos de talentos deportivos prominentes que han sido impulsados durante su infancia, el ejemplo más famoso es Caroline Wozniacki, que ha sido la mejor jugadora de tenis del mundo. Algo que consiguió gracias al intenso entrenamiento de su estricto padre Piotr Wozniacki.
El autor del libro "La crianza de un ganador", Rasmus Ankersen, ha explicado varias veces la importancia de unos padres insistentes para poder llegar a los niveles más altos del deporte. Además de ser el director de la junta directiva de FC Midtjylland y director deportivo de Brentford FC, anteriormente también fue coach deportivo.
"Necesitamos más personas como Piotr Wozniacki. En realidad, podrían ser sus técnicas de crianza y entrenamiento lo que deberíamos de seguir. También podemos echarle un vistazo a Kevin Magnussen de la Formula 1, quien tampoco ha seguido el modelo danés. Necesitamos algo más radical que lo que el equipo de Dinamarca tiene para ofrecer. Si deseas obtener los mismos resultados que los de Caroline y Kevin, necesitarás algo más radical", declaró Rasmus Ankersen en la revista Århus Stiftstidende de 2014 en relación al US Open de Wozniacki. Sigue explicando:
"Debemos desafiar los ideales clásicos acerca de cuánto se puede hacer. En la cultura danesa existe la creencia de que no es saludable caer en los excesos. Tal ideal, es en cierto modo correcto, pero si queremos generar grandes talentos deportivos, necesitamos algo más extraordinario. Y no parece que Kevin y Caroline padezcan de grandes problemas de salud. Muy opuesto, los veo como individuos sanos e independientes", concluyó Ankersen.
Ankersen encuentra el apoyo de uno de los mejores talentos deportivos daneses, Eskild Ebbesen que no solo ha logrado 3 medallas de oro en los Juegos Olímpicos, sino que también ha continuado su carrera deportiva hasta los 40 años. Hoy, viaja por todo el país haciendo presentaciones sobre motivación y entrenamiento, y no ve ningún problema en empujar a a los niños al mundo del deporte.
"No creo que exista ningún talento que tenga la pasión y el deseo necesario de entrenar tan duramente por si solo. Se requiere de un alto nivel de disciplina, es por eso, que es sumamente importante que el deportista se sienta motivado y empujado por la familia y entrenadores. De está manera, podrá concentrarse única y exclusivamente en alcanzar sus objetivos", argumenta Eskild Ebbesen.
Sin embargo, está lejos de la mayoría de los atletas disfrutar del éxito, la fama y las medallas que Ebbesen ha logrado. El gran grupo de deportistas que nunca logran llegar a la cima del éxito suelen culpar a la fuerte presión que les conduce al estrés. Ésta es la creencia del psicólogo infantil y ex-administrador de la junta del grupo Derechos de los Niños, John Alsted Halse.
"A menudo resulta que los padres tienen demasiadas expectativas y obligan a sus hijos a dar pasos más grandes de lo que sus piernas les permiten, y de esta manera, cumplir los deseos y requisitos del entorno. En mi carrera psicológica he visto innumerables ejemplos de niños que se desmotivan y abandonan su deporte una vez que llegan a la pubertad", aseñaló John Alsted Halse el año pasado a Kristeligt Dagblad, aunque todavía tiene la creencia de que los padres deben de desafiar a sus hijos en una medida razonable.
El psicólogo deportivo Nicklas Pyrdol Christensen está de acuerdo con Halse en que son los años de la adolescencia los que determinan si uno se convertirá en un talento deportivo o no. Sin embargo, la presión del hogar debería de tener el efecto opuesto al estrés.
"Períodos de baja motivación son normales entre los atletas más jóvenes, frente a otras actividades sociales que pueden parecer más atractivas. Cuando la motivación disminuye, las demandas y expectativas de los padres podrían ayudar al niño a continuar con los entrenamientos", explica Pyrdol Christensen, quien tiene una clara impresión de cuándo estas expectativas cruzan la línea y tienen un impacto negativo en el deseo de los niños.
"El efecto negativo ocurre, cuando los padres exigen excelentes resultados en un periodo de tiempo demasiado corto. El resultado será, jóvenes con una baja autoestima que no se sentirán valorados ni amados a menos que consigan las expectativas de sus progenitores. Así que, en vez de concentrarse en los resultados deberían concentrarse en la actitud, participación y el desarrollo de los jóvenes ya que éstas son las demandas que pueden ser controladas", concluye.